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Cerdo, Sal, Aire y Tiempo

Desde la época de los romanos, este alimento protegido geográficamente adquirió fama mundial y reconocimiento como producto imposible de reproducir. De notable reputación y sutileza de sabor, el Jamón de Parma es muy apreciado dada su capacidad para realzar otros ingredientes, haciendo que se destaquen sus sabores naturales. La descripción de este producto de alta calidad le aportará distinción a su menú, y la seguridad de estar ofreciendo a sus clientes los mejores ingredientes. Es 100% natural y no contiene aditivos, conservantes u hormonas. En los textos de abajo hay algunas explicaciones de por qué el Jamón de Parma es único en su clase a través de cuatro ingredientes: cerdo, sal, aire y tiempo.

Cerdos Criados Especialmente

El Prosciutto di Parma se produce únicamente de las patas traseras de cerdos de raza seleccionada y criados en 10 regiones de Italia que son aprobadas por el Consorzio del Prosciutto di Parma. A diferencia de los jamones curados de cerdos criados en otros lugares, el de Parma solo se produce de cerdos nacidos y criados en Italia siguiendo los estándares de calidad más rigurosos, cuyo cumplimiento está asegurado por estrictos controles e inspecciones.

Los cerdos no reciben hormonas, y se dan antibióticos solo en caso de necesidad si surge alguna enfermedad.

Sal

La calidad del Jamón de Parma se basa enteramente en el proceso de curado. La historia de la producción que se originó en Italia hace miles de años es lo que distingue al Jamón de Parma de otros jamones.

La salazón es realizada a mano por el maestro salador, que usa solo el mínimo necesario de sal marina. Por eso el Jamón de Parma es menos salado que otros jamones curados. La sal marina italiana es el único conservante que se usa en el método de procesamiento; no se permiten elementos químicos – eso significa nada de nitratos, nitritos, aditivos o conservantes. A menudo, el consumo de jamones con nitratos hace que la boca se cubra de sal, lo cual tapa el verdadero sabor del alimento. El Jamón de Parma no tapa los demás ingredientes sino que los complementa, otorgando sofisticación y distinción a las comidas.

El Aire Italiano

La región Emilia Romagna es uno de los factores que distinguen al Jamón de Parma de otros jamones. Las colinas ondulantes alrededor de Parma crean un ambiente ideal, incluyendo los Apeninos, con su fresca brisa que sopla desde el Mar Adriático y un microclima que le otorga al Jamón de Parma ese sabor dulce tan característico e inimitable. Los productores abren las ventanas de las cavas, dejando entrar las brisas para que curen al Jamón de Parma naturalmente. A menos que el aire y el ambiente sean embotellados y llevados a otra parte, estas condiciones son imposibles de recrear para curar un producto de excelencia como el Jamón de Parma.

Tiempo

Cada pata de Jamón de Parma atraviesa dos etapas de curado, para asegurar que el jamón cumpla con los requisitos del Consorcio. Las patas son colgadas en salas bien ventiladas con grandes ventanales, donde la brisa italiana permite el secado gradual y constante de los jamones. Este período es crucial para que se desarrolle el sabor particular del Jamón de Parma, y dura aproximadamente tres meses. Al final del proceso de curado, el jamón se transfiere a cavas con menos aire y luz. El tiempo total del curado varía desde un mínimo de 400 días hasta tanto como tres años.